Convencidos de que los espacios también educan, resulta fundamental un cuidado exhaustivo de los espacios y ambientes en los que nuestros alumnos se desenvuelven en el día a día, como los patios, el comedor, el servicio de autobuses o de guardería, otorgándoles a estos el valor educativo necesario para que el proceso de crecimiento personal sea completo. 

Como decíamos en nuestro anterior post, el orden se erige como elemento determinante de convivencia asociado a un correcto mantenimiento de lo tangible; la limpieza, la iluminación, la temperatura y un entorno físico seleccionado y cuidado. Asumido el cuidado de lo material, se torna en determinante el valor del cuidado educativo de todos los espacios en los que los alumnos desarrollan su jornada. Y esto, ¿cómo se implementa en el día a día?

Patios educativos 

Los tiempos de descanso suponen un espacio fundamental de observación para los docentes. Ver cómo se relacionan nuestros alumnos de forma más espontánea, cómo y con quién se relacionan y a qué dedican el tiempo, nos aporta mucha información en favor de su proceso de crecimiento. Asimismo somos conscientes de que en el patio se asientan conductas y roles que pueden afectar de una u otra manera a las dinámicas de las clases, así como surgir conflictos más personales entre iguales que podrían alterar el rendimiento académico.

De esta manera resulta fundamental convertir los patios en espacios inclusivos donde todos los alumnos encuentren su espacio de descanso y desconexión de las aulas independientemente de sus gustos, procurando tiempos y espacios para diferentes tipos de juegos o actividades y observando muy de cerca las relaciones interpersonales que se desarrollan en estos tiempos de recreo. El valor de la observación y la mediación si fuese necesaria se convierte de esta manera en determinante a la hora de otorgar al tiempo de patio, valor educativo.

Comedor escolar 

Si los espacios también educan, resulta fundamental cuidar también otro de los momentos de mayor convivencia en la jornada escolar, el servicio de comedor. La alimentación se ha convertido en los últimos años en una de las batallas educativas recurrentes. Iniciarles desde los primeros años en una dieta saludable y variada ayudará a establecer hábitos saludables duraderos. El privilegio de contar con cocina propia que elabora a diario menús con productos locales de temporada supone un valor añadido a un servicio gestionado por profesorado y que procura un aprendizaje natural desde los primeros años. Más allá de alimentación propiamente dicha, se abordarán a su vez aspectos como la gratitud, los modales en la mesa o el orden y el cuidado material de un espacio en el que conviven cientos de alumnos.

Servicio de guardería  

Como seguro sabréis el colegio cuenta con un Servicio de Guardería para Infantil y Primer Ciclo de Primaria a las mañanas y sólo para Infantil a las tardes. Coordinado por el profesorado de Infantil, los niños participan desde primera hora de mañana en actividades programadas para su edad, atendiendo a los ritmos de cada uno, en las aulas de Primer Ciclo de Infantil. Las propuestas son siempre variadas para ser más flexibles, de manera que todos tengan opciones entre las que elegir, así como la posibilidad de realizar o avanzar tareas o repasar antes de posibles exámenes los más mayores, con la supervisión de una docente de Educación Infantil.

Ya por la tarde el servicio de guardería combina la actividad con las meriendas de los más pequeños. La persona encargada de actividad procura la autonomía en la alimentación de los más pequeños del colegio.

De esta manera, el servicio de guardería ofrecido a las familias del colegio se concibe como una extensión de las propias aulas, en el que, favoreciendo la conciliación de nuestras familias, se procura prestar atención personalizada a cada alumno, dando respuesta educativa a sus necesidades concretas.

Servicio de autobús 

Desde hace algunos años y respondiendo a la demanda de las familias, el servicio de cuidado del autobús pasó a estar gestionado por el profesorado del colegio. El criterio educativo con el que se actúa en este otro entorno es de esta manera coherente con los demás espacios del mismo, cuidándose minuciosamente aspectos como la relación entre los alumnos y su trato con el profesorado en entornos fuera del aula.

En definitiva, con el convencimiento de que los espacios también educan, el colegio focaliza sus esfuerzos en atribuir valor educativo a los mismos de forma global más allá de lo estrictamente académico y creyendo en el valor de la escuela como entorno de convivencia y aprendizaje global.

Estíbaliz Somalo es profesora de Educación Infantil, pedagoga y experta en Educación Familiar