Los lectores habituales tienen desarrollada ésta capacidad y les puede costar entender lo poco que atrae a quien no le gusta leer. Creo que hay que distinguir entre éstos y quienes comienzan a leer, en torno a los cinco o seis años, pero que no disfrutan leyendo. En algún caso se puede confundir el gusto por la lectura con el deseo de leer cuentos que han escuchado a adultos antes de irse a la cama.

Cada persona tiene su historia. Abundan quienes logran buena capacidad lectora entre los 8 y 10 años, pero que años más tarde la pierden; ese tiempo lo han ocupado actividades satisfactorias a corto plazo, de corto recorrido. El hecho de sumar unos números gusta más que leer, porque en el primer caso la recompensa es inmediata; algo similar ocurre entre un videojuego y un libro. Por eso hay lectores ocasionales de series de libros –tipo Harry Potter u otras similares. Eso pasó y continúa ocurriendo con El Señor de los anillos  y con Las Crónicas de Narnia. Pero, transcurrido el consumo del producto, falta continuidad. 

De la misma manera, hubo años en los que los libros de Gerónimo Stilton hacían furor, porque estaban pensados para causarlo; era el más difícil todavía. El ritmo era trepidante y su lectura generaba un efecto similar al de una serie de acción. Si pensamos que vale la pena leer, quizá debamos generar el placer de leer.

Resulta legítimo leer para disfrutar, pero otra cosa es limitarse a leer thrillers. Sin desdeñar éstos, la variedad ayuda a descubrir áreas que generen interés. Facilitar la lectura en el centro escolar tiene gran valor. En Gaztelueta el libro, tanto si está dentro del plan lector de una asignatura, ya sea Lengua castellana, Euskera o Inglés, como si es uno elegido según el gusto personal del alumno, siempre es un recurso al que acudir; mientras esperan a que comiencen las clases por la mañana, en el cambio de clase o si se termina una prueba antes de tiempo.

Si alguien se aficiona a leer, le hemos prestado un servicio. Supuesta cierta capacidad lectora inicial, empecemos porque disfruten leyendo. Motiva encontrar un relato apasionante. Leer «sirve» para varias cosas, pero una es disfrutar. Tener libros atractivos, amenos, idóneos para su edad, es ofrecer una puerta de entrada al mundo de las letras que contiene tesoros. Presentar varios libros, para que puedan elegir uno que les guste, es preferible a leer todos el mismo título. Hay que ver las posibilidades reales. 

Por último, es importante acertar con los libros ofrecidos; si la experiencia es grata tenderán a repetirla. Una vez adquirido el hábito, leerán libros que se leen a otro ritmo, cada vez con más gusto por leer. En estos tiempos, ojalá no tengan que confinarse, pero lo que es seguro es que con un buen libro ese tiempo será más llevadero.

 

José Manuel Mañú Noain