El potencial formativo de la lectura va más allá del éxito en los estudios; la lectura proporciona cultura, desarrolla el sentido estético, actúa sobre la formación de la personalidad, es fuente de recreación y de gozo. La lectura, contagiada en casa, constituye un vehículo para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia, para la adquisición de cultura y para la educación de la voluntad.
Leer implica descodificar, comprender e interpretar. Su progreso se aprecia en aspectos como la velocidad lectora, la lectura expresiva, la lectura silenciosa,…que son destrezas básicas de la comprensión lectora y acostumbran a desarrollarse con la experiencia lectora, asociada a factores individuales y sociales.
Ser lector supone convertir la lectura en una necesidad vital, hacer de la lectura un hábito voluntario, una actividad elegida libremente, deseada y gustosa. Una buena competencia lectora es imprescindible para el éxito escolar y deseable para el éxito social y la formación personal.
Por ello, la literatura infantil es un instrumento esencial para el inicio de la lectoescritura y despierta en los niños la curiosidad, el gusto y el disfrute por la literatura. Además tiene gran importancia en el desarrollo emotivo-afectivo, intelectual y lingüístico. Con lo que se ha revelado como la actividad más beneficiosa para conseguir el éxito en el lenguaje escrito.
La importancia de la lectura

La lectura es una parte clave en la formación y el aprendizaje de los hijos

¿Qué bienes reporta la lectura?  
Dando la merecida importancia a la lectura llegan a la persona un cúmulo de bienes que la mejoran:
– No sólo proporciona información sino que forma, creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración, ….y recrea, hace gozar, entretiene y distrae.
– Ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje. Mejora la expresión oral y escrita y hace el lenguaje más fluido. Aumenta el vocabulario y mejora la ortografía.
– Mejora las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales. Nutre los contenidos de nuestras conversaciones y nos ayuda a comunicar nuestros deseos y sentimientos.
– Da facilidad para exponer el propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar.
– Es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que pone en acción las funciones mentales agilizando la inteligencia.
– Aumenta el bagaje cultural; proporciona información, conocimientos. Cuando se lee se aprende.
– Estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica. La curiosidad no se puede forzar, hay que despertarla.
– La lectura despierta múltiples aficiones e intereses.
– Desarrolla la capacidad de juicio, de análisis, de espíritu crítico.
– Fomenta el esfuerzo pues exige una colaboración de la voluntad.
Potencia la capacidad de observación, de atención y de concentración.
– Facilita la recreación de la fantasía y el desarrollo de la creatividad. El lector, durante la lectura, recrea lo que escritor ha creado para él.
– Favorece el desarrollo de las virtudes morales siempre que los libros se seleccionen adecuadamente. Las lecturas proponen modelos para admirar e imitar; y mientras los modelos vivientes (padres, profesores, etc.) pasan, los protagonistas de los libros permanecen.
– Potencia la formación estética y educa la sensibilidad estimulando las buenas emociones artísticas y los buenos sentimientos. Nos ayudan a conocernos a nosotros mismos y a los demás, de este modo, favorecen la educación del carácter y de la afectividad, despertando buenos sentimientos.
– Es un medio de entretenimiento y distracción, que relaja, que divierte.
– Es una afición para cultivar en el tiempo libre, un hobby para toda la vida.
José Luis Uriarte es Licenciado en Pedagogía y especialista en Pedagogía Terapéutica